La familia negó el título de la otra cara de la luna y a pesar de ello no mutaron los sonetos a otro palo más fueron el amor sin cualidad ni vector el soneto que quedó en amor a secas en circunstancia arbitraria y provocación terminal.
Que el adjetivo que cualifica no fuera pronunciado decantó en oscuridad de toda perversidad no sólo los sonetos a secas sino también el amor y la propia sombra que se quería ocultar.
A Federico G. Lorca