¡Dios mío soy quien si por no la botella coge!
Misma habla consigo el beber y ella se abre compungida de girar a darle largo al trasgo exagerado de la vida toda y al final y ahora ¡La líbido! se perdió como lava hacia el mar en el dibujo de una nueva piel
Ríe porque el bizco le hace cosquillas el pobre le guiña el hombre sigue la estela y todo indicio ni es visto ni oído por no perdonar a los que se van ojeada la estancia tras la virgen del Carmen que ha visto la ausencia borracha de la deidad afeada por la falta de orgasmo
Doña líbido siempre ha sido una perdida